Desde hace algunos años hemos escuchado predicciones acerca de que las ciudades se convertirán en centros (o hubs) tecnológicos, dignos de películas de ciencia ficción como “Minority Report” o “Blade Runner”. Aunque pocas zonas urbanas se han transformado en algo tan cinematográfico, la realidad es que basadas en una ola de avances y aplicaciones tecnológicas pioneras, las ciudades inteligentes, o smart cities, se están consolidando en diversas regiones del mundo.

Pero, ¿qué es una ciudad inteligente? Lo primero que hay que saber sobre el término es que significa cosas diferentes para cada persona. De manera general, el concepto describe un área urbana que emplea tecnologías inalámbricas y de otros tipos para recopilar y analizar datos y utiliza dicha información para gestionar activos, asignar recursos y optimizar las operaciones de la ciudad. En otras palabras, una ciudad inteligente aprovecha la tecnología para administrarse de mejor manera, y ofrecer una mejor calidad de vida a sus habitantes.

“Los nuevos avances en tecnología inalámbrica, como 5G, Wi-Fi6, LoRaWAN y, más recientemente las redes celulares privadas, están contribuyendo a consolidar el desarrollo de smart cities. La masificación de los dispositivos móviles y el desarrollo de numerosas e innovadoras aplicaciones también han contribuido a dicha consolidación, por lo que hoy en día es posible observar cada vez más administraciones y gobiernos de ciudades que aprovechan estas tecnologías alrededor del mundo”, explicó Carlos Perea, Vicepresidente para Latinoamérica en Cradlepoint, compañía líder en el desarrollo e implementación de redes inalámbricas.

Conectividad: clave para el desarrollo de smart cities

Desde luego, las ciudades inteligentes no pueden desarrollarse sin el apoyo de los ciudadanos, sobre todo en un contexto en el que, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hacia 2050, el 60% de la población mundial habrá migrado y vivirá en zonas urbanas. Los gobiernos entusiastas que deseen dar el paso para convertir su ciudad en una smart city deben asegurarse de que se asocian con sus habitantes, y con otros desarrolladores en cada etapa del camino para garantizar que obtienen el apoyo necesario, mismo que les servirá en temas presupuestales y de implementación, por ejemplo. El siguiente paso es realizar una evaluación exhaustiva de los problemas que desean resolver a través de las nuevas tecnologías. Las posibilidades son vastas: desde mejorar los servicios de telecomunicaciones, promover la telemedicina, contar con flotillas de emergencia conectadas, o mejorar la teleeducación, hasta cuidar el medio ambiente con edificios que consuman menos energía, e incluso impulsar el comercio y turismo mediante la recopilación de datos para mejorar la experiencia de clientes y usuarios.

Aunque existen áreas de oportunidad, en México la penetración del servicio de internet en ciudades es buena. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, publicada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en zonas urbanas 8 de cada 10 mexicanos se encuentra en línea; la posibilidad de contar con una conectividad adecuada es una de las bases para el desarrollo de las ciudades inteligentes.

Dado que tener las mejores posibilidades de conexión es uno de los componentes fundamentales de las smart cities, las administraciones de las ciudades deben contar con expertos en comunicaciones inalámbricas, así como en análisis y almacenamiento de datos, gestión en la nube y conocimientos en edge computing. La tecnología inalámbrica puede aplicarse de diversas maneras para cubrir las necesidades de las grandes urbes, sin embargo, resulta prioritario contar con asesoría experta al respecto, con el objetivo de elegir las mejores soluciones para optimizar recursos y agilizar procesos.

“El mayor rendimiento que ofrece la red 5G, el estándar tecnológico de quinta generación para redes celulares, ha generado grandes expectativas, y seguro resultará útil para ciudades que trabajan con vehículos autónomos, robótica o grandes archivos de vídeo; este tipo de uso probablemente necesitaría toda la capacidad y la menor latencia que ofrece la tecnología 5G. No obstante, otros usos como la medición de contaminación en el aire, o la medición de precipitación pluvial pueden funcionar con redes 4G o LTE, o con una capacidad reducida de redes 5G. Elegir las mejores alternativas inalámbricas para los distintos casos de uso permite ahorrar recursos y conseguir mejores resultados”, aseguró Carlos Perea.

Ciudades inteligentes en México

La tendencia de desarrollar ciudades inteligentes se está consolidando a nivel global, y los distintos grados de avance tecnológico han permitido a algunas urbes posicionarse entre las ciudades más inteligentes del planeta. La última edición del índice “Cities in Motion”, publicado en 2020 por la universidad de negocios IESE, posiciona a Londres, Reino Unido como la ciudad “más inteligente” en el mundo, seguida por París, Francia; y Nueva York, Estados Unidos.

La Ciudad de México alcanzó el lugar 130 de 174 en dicho índice, por detrás de otras capitales latinoamericanas como Santiago, Chile (68); Buenos Aires, Argentina (90); y Montevideo, Uruguay (110).

No obstante, recientemente la tecnología 5G se comenzó a desplegar en 18 ciudades del país, mientras que la mayoría de las grandes urbes en el territorio nacional cuentan con tecnología 4G desde hace algunos años. Esta situación ha permitido que diversas instituciones y expertos en infraestructura urbana reconozcan a cinco ciudades mexicanas como smart cities:

CDMX: Además del desarrollo de edificios inteligentes que consumen menos energía, la capital del país cuenta con diversos servicios tecnológicos disponibles para la ciudadanía, como el proyecto Ecobici y las distintas opciones de transporte público centralizados en una sola tarjeta, conexión Wi-Fi en áreas públicas, equipos de vigilancia y seguridad inteligentes, entre otros. De igual manera, el Gobierno de la Ciudad de México ha implementado diversos sistemas digitales para realizar trámites y pagos en línea.

Ciudad Maderas, Querétaro: Se trata de un proyecto inmobiliario concebido para ser una smart city. Aún en desarrollo, sus habitantes actualmente cuentan con servicios de telemedicina a través de aplicaciones móviles y con 24 antenas para facilitar la conectividad de dispositivos IoT. Asimismo, se planea la construcción de edificios inteligentes que aprovechen la energía eólica y solar.

Ciudad Creativa Digital, Jalisco: Ubicada en Guadalajara, es una iniciativa que busca colocar en un solo lugar a empresas tecnológicas, instituciones de educación y a sus habitantes y usuarios. Continúa en desarrollo, y recientemente comenzó la construcción de viviendas en edificios inteligentes que también albergarán comercios y oficinas. Tequila, Jalisco: La ciudad de Tequila, Jalisco, es uno de los destinos turísticos más importantes del estado. Desde hace algunos años, la ciudad ha impulsado el desarrollo de un ecosistema digital que incluye internet público en el Centro Histórico, seguridad inteligente, un bot para resolución de trámites, entre otras acciones de gobernanza digital e impulso al turismo.

Smart Puebla, Puebla: La plataforma Smart Puebla planea convertir a la capital del estado en una ciudad cada vez más inteligente. Actualmente sus habitantes cuentan con un servicio público de bicicletas, puntos de acceso a internet móvil, la plataforma de herramientas digitales “Apps 4 Puebla”, el desarrollo del Instituto de Educación Digital del estado y la construcción de viviendas en edificios inteligentes.

Sin duda, toda ciudad puede convertirse en una smart city. En la actualidad, las tecnologías inalámbricas disponibles permiten el desarrollo de urbes que aprovechan mejor sus recursos, tratan de mejor manera sus residuos, dotan de calidad de vida a sus habitantes, y además, simplifican y eficientan los procesos tanto de gobierno como industriales. No obstante, es imprescindible que los impulsores de estos proyectos, tanto autoridades como desarrolladores, cuenten con la información y asesoría necesarias y adecuadas para poder aprovechar al máximo las características y posibilidades que la nueva generación de redes inalámbricas ofrece.